El blog de Angel Esteban – Cronista oficial de Casla

01/10/2016

LA HISTORIA DE CASLA (SEGOVIA),EN CINCO LIBROS

Filed under: Sin categoría — Angel Esteban Calle @ 19:27

 

 

XLII CONGRESO DE LA REAL ASOCIACIÓN ESPAÑOLA DE CRONISTAS OFICIALES (RAECO)

Burgos (23, 24 y 25 de septiembre de 2016)

 

 

 

LA HISTORIA DE CASLA (SEGOVIA), EN CINCO LIBROS

(Comunicación)

 

 

 

 

 

 

 

 

Autor: ÁNGEL ESTEBAN CALLE

Cronista Oficial de Casla (Segovia)

 

 

 

 

 

1.- INTRODUCCIÓN

 

        En Casla, lugar de mi nacimiento y de donde me cabe el honor de ser su Cronista Oficial, “tenemos la suerte de contar con dos buenos escritores e historiadores, que han sabido condensar en cinco libros la mayor parte de la historia de esta localidad serrana de la provincia de Segovia, desde la prehistoria hasta el siglo XIX. Me refiero a José Antonio Fuentes Heras y Tomás Ramos Hernanz”, tal como señalo en el artículo titulado “Libros sobre la historia de Casla”, que he publicado en la segunda página del folleto anunciador de las fiestas locales, celebradas del 9 al 14 de septiembre de 2016 y dedicadas a la Virgen de la Estrella.

 

José Antonio Fuentes es autor de una obra titulada “Origen y vida de Casla hasta el siglo XVI” (2003). Además acaba de publicar, editado por la Asociación Cultural Provincial “La Colodra”, el volumen “Barroco en Casla. Retablos en la iglesia de San Pedro (siglos XVI-XVIII), que ha sido presentado recientemente dentro de la XXI Semana Cultural de dicha asociación.

Por su parte, Tomás Ramos ha escrito ya tres libros relacionados con la historia casliega: “Casla. La ermita de Nuestra Señora de la Estrella y el siglo XVII” (1994), “Casla, siglo XVIII. La población y el Catastro del Marqués de la Ensenada” (2004) y “Casla, siglo XIX. La población y la antigua iglesia de San Pedro Apóstol” (2013). Esperemos que, lo antes posible, se decida a dar a luz una nueva obra centrada, esta vez, en el siglo XX.

 

Teniendo en cuenta que mi ponencia se basa, en esta ocasión, en los cinco libros citados, estimo que no es necesario añadir ningún apéndice bibliográfico, ya que la referencia a mis fuentes informativas ha quedado reflejada en la presente Introducción.

 

 

 

 

 

2.- DESDE LA PREHISTORIA HASTA EL SIGLO XVI

 

Antes de pasar a ocuparme directamente del libro sobre “Origen y vida de Casla hasta el siglo XVI”, de José Antonio Fuentes Heras, me gustaría hacer una reflexión sobre esta localidad segoviana, pequeña en extensión y en habitantes; pero grande en cuanto a su rica y dilatada trayectoria, que hoy día continúa especialmente viva, gracias a las múltiples actividades patrocinadas por un Ayuntamiento pendiente de las necesidades de los vecinos y también a las organizadas por entidades como la Asociación Cultural Provincial “La Colodra”, la de Jubilados, la de Águedas, la de Cazadores y el Grupo de Danzas.

Con probabilidad, la efervescencia de carácter social que existe actualmente se deba, al menos en parte, al larguísimo recorrido de los habitantes de Casla que, como nos indica Fuentes Heras, se inicia ya en la Prehistoria: “A la espera de nuevos datos arqueológicos, -señala- los “primeros casleños” habitan este solar hace 4000 años, durante el Calcolítico”. Luego precisa: “En el Calcolítico, el hombre deja lo que se conoce como Edad de Piedra y entra en la Edad de los Metales, apareciendo la metalurgia que en este período será del cobre”.

Dada la obligada brevedad de la presente comunicación, se impone plasmar en ella únicamente un resumen muy conciso de los párrafos más importantes o interesantes de la obra a la que me estoy refiriendo. Por eso paso a vuelapluma sobre los numerosos datos almacenados en sus páginas sobre los primeros pobladores de la zona; pero no quiero pasar por alto la relación del material arqueológico encontrado en Casla: cerámica, material lítico, objetos en hueso y de adorno.

Si pasamos ya a la historia propiamente dicha, uno de los fenómenos curiosos es saber cómo surgió el nombre de Casla. Según explica el autor del libro, “el topónimo Casla es un término del latín vulgar, hablado por los visigodos, afectado por el vocalismo. De ser así, deberíamos encontrarle una raíz latina que experimente el fenómeno explicado. En efecto, Casla se trataría de uno de los escasos representantes en la toponimia hispánica derivados del término latino casùla y significaría “la casilla” o “la cabaña”. Similares a él encontramos otros topónimos en distintos lugares.

Dejando a un lado las disquisiciones terminológicas, también aparecen en el libro ciertos comentarios sobre las bases económicas del lugar, destacando que “tradicionalmente la economía casleña, al igual que la de todo el ámbito serrano y segoviano en su conjunto, estuvo basada en la agricultura y la ganadería”.

También hay referencias relacionadas con Casla de la época musulmana y del período medieval, dentro de la Comunidad de Villa y Tierra de Sepúlveda. En cuanto al tema de la repoblación tras la dominación árabe o mora en la zona, “ya entrado el siglo XII, comenzaron a llegar gentes provenientes de tierras más lejanas: riojanos, vasco-navarros, astur-leoneses y gallegos”.

Sin embargo, sobre lo que ocurrió al menos un siglo antes, José Antonio Fuentes afirma: “Quiénes levantaron el pueblo de Casla es una pregunta difícil de responder al ser un topónimo datado de antes de la repoblación. En principio, y según nuestra opinión, fueron los serranos, entendidos como tales los colonos provenientes de las estribaciones de los Picos de Urbión, los que transformaron la villa-explotación que encontramos en Casla en un pueblo. Ellos fueron los primeros colonos que llegaron a estas tierras desde principios del siglo XI”.

Por último, respecto a “la dimensión que tuvo Casla durante la Edad Media y los principios de la Edad Moderna”, tras poner de relieve “la notoria escasez de referencias escritas que nos aporten datos al respecto”, José Antonio Fuentes analiza tres documentos: “Una distribución de rentas eclesiásticas entre el obispo y el cabildo de la catedral de Segovia en 1247, Una visita pastoral a la diócesis de Segovia durante los años 1446 y 1447, y El vecindario de Castilla de 1591”.

3.- EL BARROCO Y LA IGLESIA DE SAN PEDRO

Tras el prólogo, original de Tomás Ramos Hernanz, en la Introducción de “Barroco en Casla. Retablos en la iglesia de San Pedro (siglos XVI-XVIII)”, su autor, José Antonio Fuentes, licenciado en Geografía e Historia, advierte: “Hay un aspecto importante de la Historia de Casla que ha quedado un poco abandonado y es ni más ni menos que el Arte. Aunque el paso del tiempo y la desidia han dejado el patrimonio artístico de Casla bastante menguado, todavía se conservan auténticas joyas artísticas que merecen la pena ser contempladas. De la misma manera, en los archivos, quedaron reflejadas otras obras de arte hace tiempo desaparecidas. Tanto unas como otras necesitaban que se abordara su estudio, y eso es lo que hemos intentado llevar a cabo en estas páginas”.

En la contraportada del libro citado, Fuentes Heras abunda en la misma idea: “La Historia del Arte ha sido un elemento un tanto olvidado en las distintas publicaciones que a lo largo del tiempo han ido apareciendo sobre Casla. En este libro, el autor trata de profundizar en este aspecto, centrándose en la época del Barroco y concretamente en los retablos de la iglesia de San Pedro, utilizando para ello la información encontrada en los libros de fábrica parroquiales”.

A lo largo de su obra, el citado escritor e historiador va desgranando, en cuatro capítulos, temas como “Las fuentes documentales”, “Aproximación al Barroco”, “Los retablos” y “Retablos en la iglesia de San Pedro”, capítulo este último dividido en varios apartados: “La decoración en la iglesia de San Pedro de Casla previa al Barroco”, “El siglo XVI. El retablo de San Miguel (1594-1600)”, “El siglo XVII. El retablo mayor (1618-1635)” y “El siglo XVIII”, dividido a su vez en “El retablo mayor (1713)”, “El retablo de la Virgen del Rosario” y “Los retablos colaterales”.

El libro, que va ilustrado con numerosas y buenas fotografías, termina con una interesante Conclusión; un Índice de Artistas, algunos famosos, que participaron en la decoración de la mencionada iglesia; un Glosario de términos en la construcción de los retablos, y una amplia Bibliografía.

En dicha Conclusión, José Antonio Fuentes, entre otras cosas, explica: “A comienzos del siglo XX, la vieja iglesia románica de Casla tiene que ser abandonada por su estado ruinoso y todas sus obras de arte, retablos incluidos, son trasladadas a la nueva iglesia en el casco urbano”. “Esta mudanza forzada y la ausencia de testimonios gráficos de la época –añade el escritor- impedirían para siempre conocer los retablos barrocos en su ubicación original y serían la causa de importantes desperfectos que presentan. Aún así, el conjunto de retablos barrocos de la iglesia de San Pedro constituyen la joya del patrimonio artístico de Casla. Un patrimonio que recuerda nuestro pasado y que merece la pena ser conservado”.

4.- LA ERMITA DE LA VIRGEN DE LA ESTRELLA

En este capítulo, no cambio de tema, ya que sigue siendo el mismo, es decir, “LA HISTORIA DE CASLA (SEGOVIA), EN CINCO LIBROS”; pero sí cambio de autor, porque en esta ocasión se trata de recordar los tres libros que lleva publicados, hasta ahora Tomás Ramos Hernanz.

Empezamos por el primero de ellos, publicado con el título “Casla. La ermita de Nuestra Señora de la Estrella y el siglo XVII”. Como anécdota, me gustaría aportar un dato personal, ya que tuve el honor y el placer de participar activamente en la presentación de esta obra, celebrada en la propia ermita de la Virgen de la Estrella, el 31 de julio de 1994.

De todas maneras es necesario reconocer las dificultades a las que se enfrentó Tomás Ramos para documentar los datos históricos de su obra, según explica él mismo en la contraportada: “La destrucción de los archivos municipales en el siglo XIX obliga a acudir a la documentación eclesiástica, cuyos primeros datos son de finales del siglo XVI. Y qué mejor que comenzar con la ermita de la Virgen de la Estrella, tanto por ser transmisora de tradiciones como por la devoción que siempre se ha tenido en Casla a su patrona”.

Pasando a examinar el contenido de dicho libro, encontramos en él un estudio muy completo y minucioso de todo lo relacionado con la ermita de la Patrona de Casla, en un principio con la advocación de Virgen del Estepar, aludiendo al arbusto donde se dice que su imagen se apareció a un pastor. Según afirma Ramos Herranz, “es aproximadamente hacia el año 1665 cuando se produce el cambio de advocación, para pasar a ser Nuestra Señora de la Estrella”.

Sobre todo se fija el autor en todos los detalles relativos a la construcción y la ampliación del templo mariano, tanto en su dimensión económica como en los materiales utilizados y las personas que participaron en su edificación, datada en el siglo XVII. En concreto, grabada en el arco central, aparece una inscripción que, más o menos, dice así: “Híçose de limosna. Año de 1669”.

Sin embargo, esta obra de Tomás Ramos no se limita a reflejar todo lo referente a la Virgen de la Estrella y su ermita, sino que dibuja un panorama muy completo de cómo era Casla, y la vida de sus habitantes, en ese siglo XVII. “Se puede afirmar –indica al respecto- que el término municipal de Casla era una superficie boscosa donde lo singular eran las áreas de cultivo. Buena prueba de ello son los documentos de la época, en los que son frecuentes las referencias a la Sierra, la Dehesa y el Monte”.

Así, en el Capítulo 1, dedicado a El siglo XVII y Casla, se recogen los siguientes apartados: El campo, La ganadería, La población, Hombres y mujeres, La alimentación, El vestido, La vivienda, La instrucción, La religión y La muerte. Luego, los capítulos 2 y 3 están dedicados a Las cuentas de la ermita e Historia de la ermita, respectivamente, para terminar con Hechos más destacados del siglo XVII, Vocabulario, Bibliografía, y Planos, grabados y fotografías.

5.-  CASLA Y EL MARQUÉS DE LA ENSENADA

El segundo libro escrito por Tomás Ramos Hernanz sobre la historia de Casla lleva por título “Casla, siglo XVIII. La población y el Catastro del Marqués de la Ensenada”. En esta ocasión el prólogo, a cargo de Juan José Icaza, comienza así: “El conocimiento de la realidad económica y social es fundamental para poder acercarnos y comprender una parte importante de la vida cotidiana de una localidad como Casla. Esto es lo que hace Tomás con este libro que es continuación del que publicó hace 10 años y que nos aportaba un gran número de claves sobre Casla en el siglo XVII”.

Si pasamos ya a la Introducción que nos regala Tomás Ramos, podemos leer lo siguiente: “Con esta publicación, al igual que con su antecesora, no pretendo más que poner a disposición de quien esté interesado en el pasado de Casla, todo aquello que he podido encontrar en los archivos parroquiales, en el Archivo Histórico de Segovia y en documentos de amigos y vecinos de Casla. Para una visión más completa del siglo XVIII haría falta contar con la documentación del archivo municipal; pero, como es sabido, desapareció víctima del fuego a finales del siglo XIX”. “A pesar de ello –precisa el autor-, creo que la visión de la Casla del siglo XVIII que puede obtener el lector de estas páginas, es bastante completa y principalmente novedosa, ya que tanto este libro como el mencionado al principio, son los únicos que tienen como protagonista a Casla”.

A partir de aquí, penetramos en el meollo de la referida obra de Ramos Hernanz que, adecuadamente ilustrada con fotos, gráficos y datos de la época, se nos muestra dividida en cuatro capítulos, en los cuales se abarca mucho más de lo que cabría esperar: “Capítulo 1. El siglo XVIII en España”, “Capítulo 2. La población en el siglo XVIII”, “Capítulo 3. El Catastro del Marqués de la Ensenada” y “Capítulo 4. Diezmos y Tazmías”.

Por lo que se refiere al tema central del libro, tras advertir que “el principal problema técnico con que se enfrentaba el Catastro era su actualización”, Tomás Ramos subraya: “La caída de Ensenada, la muerte de Sánchez de Valencia, el empantanamiento del “año sin rey”, pero sobre todo el problema técnico y el gasto que suponían las revisiones, que fueron iniciadas ya con Carlos III, fueron obstáculos insalvables. Esto motivó que las medidas a adoptar como consecuencia de la información obtenida del Catastro, no se pudieran implantar, si bien a medio plazo algunas siguieron adelante. Tal fue el caso de las contadurías de hipotecas, donde se registrarían los títulos de propiedad, testamentos, cesiones, hipotecas, etc.”.

“A pesar de todo –reconoce el autor-, los legajos del Catastro del Marqués de la Ensenada proporcionan la información más amplia y meticulosa que sobre Casla existe hasta el año de 1752, que es cuando se comienzan los trabajos de información. De ahí su interés, en este caso, para la historia local”.

6.- LA POBLACIÓN Y LA IGLESIA DE SAN PEDRO

Para finalizar esta Comunicación nada podría ser mejor que hacer un breve resumen, como imponen las circunstancias, del último libro publicado hasta ahora con tema casliego, con profusión de fotografías, dibujos y gráficos, por Tomás Ramos Hernanz: “Casla, siglo XIX. La población y la antigua iglesia de San Pedro Apóstol”.

Me parece importante y justo poner de relieve que, en el prólogo de dicha obra histórica, José López Sanz, presidente de la Asociación Cultural Provincial “La Colodra”, afirma: “Aunque Tomás Ramos es el autor que más libros ha alumbrado sobre Casla, sin embargo no ha sido el único, y esto es lo verdaderamente llamativo. Por ello, no es de extrañar la admiración que esta proliferación de publicaciones sobre un pueblo con apenas ciento cincuenta habitantes, causa a propios y extraños”.

Luego, José López añade: “Me gustaría también resaltar que hace ya más de veinticinco años, un grupo de amigos, cuyo denominador común era la pasión y el amor a Casla, creó la Asociación Cultural “La Colodra”, siendo Tomás uno de ellos, por lo que esta Asociación no puede por menos de sentirse orgullosa de poder editar este volumen”.

Tras el prólogo al que acabo de aludir, partiendo de una introducción en la que Ramos Hernanz pone de manifiesto que “toda la información está perfectamente documentada”, el libro de referencia se divide en cuatro capítulos, dentro de los cuales se recoge, además de lo ocurrido en Casla, una buena parte de la historia de España de la época: “Capítulo 1. El siglo XIX en España”, “Capítulo 2. La población y los vecinos de Casla en el siglo XIX”, “Capítulo 3. Bautismos, matrimonios y defunciones” y “Capítulo 4. La antigua iglesia de San Pedro Apóstol”.

Ahora, cuando tanto se habla de ecologismo y de protección de la naturaleza, un detalle curioso que aporta el citado libro es la referencia al acta de una visita efectuada a los montes del lugar de Casla del año 1824, el día 11 de junio. A este respecto, Tomás Ramos indica: “Hay que llamar la atención sobre el énfasis que se hace en el mantenimiento y fomento de la masa arbórea de Casla”. Luego añade: “Creemos que actualmente nos preocupamos y nos ocupamos de la naturaleza como nunca se ha hecho. Este acta viene a demostrarnos que la preocupación por el mantenimiento y cuidado, no tanto de la naturaleza como de los recursos naturales, viene de muy atrás y que, gracias a ello, todavía podemos seguir disfrutando de todo lo que el entorno nos ofrece”.

En cuanto a la antigua iglesia de Casla, de estilo románico y ubicada en el cementerio del lugar hasta su práctica desaparición, Tomás Ramos hace una pormenorizada descripción, acompañada de fotos y dibujos, de cómo debieron ser las distintas partes que la componían: ábside, nave, campanario, sacristía, pórtico y enterramientos.

 

 

 

 

20160921_013849

PORTADAS DE LOS LIBROS DE JOSÉ ANTONIO FUENTES

20160921_013648

PORTADAS DE LOS LIBROS DE TOMÁS RAMOS

 

 

 

Deja un comentario »

No hay comentarios aún.

RSS feed for comments on this post. TrackBack URI

Deja un comentario

Blog de WordPress.com.